Lujo a compás: así se vive la Feria de Sevilla entre moda, sabor y tradición.
Descubre la esencia de la Feria de Abril de Sevilla 2025: tradición andaluza, moda flamenca, gastronomía local y experiencias de lujo vividas desde dentro. Una visión personal firmada por Lucía Uveté.
Cada primavera, Sevilla se transforma en un escenario vibrante donde tradición, arte y estilo de vida se funden con una naturalidad prodigiosa. Del 6 al 11 de mayo, el Real de la Feria acoge una de las celebraciones culturales más emblemáticas de España: la Feria de Abril, que este año —paradojas del calendario— se vive en pleno mayo.
Caminar por sus avenidas de albero es adentrarse en un universo donde los códigos estéticos del sur se manifiestan con fuerza y elegancia. Las flamencas, auténticas protagonistas del Real, lucen trajes entallados con volantes, peinadas con recogidos pulidos y coronadas con claveles, rosas y composiciones florales artesanales que aportan carácter y presencia.
El juego visual alcanza su máxima expresión en la combinación de lunares clásicos con los bordados florales de los mantoncillos, una mezcla de estampados que representa la armonía entre tradición y vanguardia. No es casualidad que diseñadores de prestigio internacional se hayan inspirado en el traje de flamenca como símbolo de feminidad rotunda e identidad cultural.
La Feria también es una celebración sensorial. La gastronomía andaluza se convierte en un recorrido emocional por sabores auténticos: jamón ibérico de bellota, langostinos de Sanlúcar, croquetas caseras, tortilla de camarones y el clásico rebujito bien frío. Todo ello en casetas privadas que, más allá de su estructura efímera, despliegan una sofisticación única: decoración personalizada, música en directo y una hospitalidad que convierte cada momento en recuerdo.
Como gaditana, esta feria no me resulta ajena. Es una cita que forma parte de mi identidad, un reencuentro con las raíces y una oportunidad para observar cómo el sur —fiel a su esencia— se reinventa con estilo sin perder autenticidad. Porque el verdadero lujo hoy no es ostentación, sino pertenencia, belleza y alma.
